martes, 25 de mayo de 2010

Reciclar el aceite usado de casa haciendo jabón...



SI VAS A INTENTAR HACER ESTE EXPERIMENTO TIENES QUE SABER QUE SE NECESITAN PRODUCTOS QUE PUEDEN SER PELIGROSOS. INFORMA A TUS PADRES DE LO QUE QUIERES HACER Y CUMPLE LAS NORMAS DE SEGURIDAD QUE ESTÁN ESCRITAS MÁS ABAJO.

Lo del jabón no tiene mucha complicación. Vaya por delante –siempre que puedo lo escribo- que a mí, como –creo- a algunos de vosotros, la cosa me parece mágica, pero chicos… funciona, parece ser que lo de la química del cole es verdad :))

En estos años se ha perdido mucho la costumbre en las casas, pero si comentáis con gente de más edad –pregúntame a mí, pregúntame a mí- hacer jabón de casero es un recuerdo casi generalizado… y, recuerdo para algunos porque para otros era tortura: siempre le tocaba a algún chaval estar toda la tarde dándole vueltas a la pasta con el palo de una escoba, hasta que se hacía el jabón. Importaba poco que la sosa te pudiera quemar. En fin, otros tiempos.

Vamos a hablar un poco del porqué y el cómo se hace un jabón en casa y dejamos para el final los aspectos técnicos del proceso químico. Si alguien se lo quiere leer para subir nota que lo haga pero no es imprescindible, pero, pero, pero… en mi libro de química de bachiller había un capítulo que se titulaba Reacciones de los ésteres de ácidos grasos superiores (oleico, palmítico y esteárico) sorprendente nombre porque de lo que se trataba era de hacer jabón. Soplé a mis colegas –yo sabía hacer jabón y me había leído el final del artículo- y después me invitaron a tomar algo… mi cole era sólo de tíos pero supongo que la cosa también funcionará en los mixtos ;)

Hace tiempo –no mucho- el porqué del jabón casero era un asunto de recursos. La gente, en proporción, tenía menos recursos que ahora y tampoco había en las tiendas la variedad de productos y capacidad de elección que en 2010.

En la actualidad el problema también es de recursos… de cómo eliminar el exceso de recursos o los residuos que generan los recursos no consumidos. Mi madre, de cada cinco litros de aceite de oliva obtenía tres de aceite sucio e inservible después de haberlo usado varias veces. Con ese aceite hacía jabón y lo usaba para fregar toda la casa e incluso para lavar a las personas y, rallado, para la ropa.

Yo, de cada cinco litros de aceite de oliva saco cuatro que me parece que ya están inservibles, y quizá sea cierto, almaceno el aceite en una bombona grande y eso en el mejor de los casos porque hay gente que lo tira al fregadero directamente. Casi para cada parte de la casa o del cuerpo uso un producto químico diferente del que no tengo muy claro su efecto, sobre todo sobre mi cuerpo… y cuando he reunido el suficiente aceite viejo lo llevo a un punto limpio, junto con todos los envases vacíos de los productos de limpieza que he usado. Creo que la cosa podría mejorarse y yo ahorrar espacio en casa y gastar menos en limpieza.

Si quieres contribuir a no hacer todavía más difícil la vida y la conservación del medio ambiente puedes poner de tu parte y aprender a hacer jabón. Seguro que te va a encantar.

Si vas a hacer jabón lo primero que tienes que saber es que necesitarás utilizar productos corrosivos que pueden quemarte a ti, a tu mascota, a tu ropa e incluso a la casa de tu madre; yo de ti me andaría con mucho ojo.

Para protegerte vas a necesitar unas gafas y unos guantes, ropa vieja que te cubra todo el cuerpo y estar en un sitio muy ventilado y donde las posibles salpicaduras no puedan estropear nada de valor o alcanzar a plantas o animales.

Aparte de tu protección personal necesitarás: un barreño o cubo de plástico no muy grade, una jarra medidora de cristal de un litro de capacidad, un par de cucharas de acero inoxidable, una batidora tipo minipimer o, en su defecto, un palo de madera tipo el palo de una escoba y una báscula de cocina que pese más o menos bien.

Para hacer jabón está prohibido el aluminio o cualquier otro metal que no esté esmaltado. Confirma que las cucharas o el pie de la batidora que vas a usar no sean de aluminio.

Vamos a suponer que en tu casa se comen muchos palitos de merluza, croquetas, empanadillas y esas historias y que tenéis una freidora y vais guardando, porque sois buenos chicos, el aceite de oliva usado para después llevarlo a reciclar.

Guai!! pillas un poco más de medio litro de aceite y lo pesas. A ver si adivinas por qué el aceite flota sobre el agua… efectiviwonder medio litro de aceite no pesa medio kilo, pesa menos y por eso flota sobre el agua ;)… echa o quita aceite hasta que tengas medio kilo justo. Acuérdate de que el bote donde estás echando el aceite también pesa… descuéntalo para obtener el peso exacto del aceite.

El otro elemento que necesitas es sosa caústica -hidróxido sódico NaOH. Como sabes la sosa es un álcali muy fuerte y provoca quemaduras con mucha facilidad. La presentación habitual de la sosa son unas escamas o perlas blancas y opacas. Las escamas de sosa son muy higroscópicas –absorben la humedad con mucha facilidad- por lo que la simple humedad de tus manos o de tu piel puede hacerla reaccionar y quemarte. Mucho cuidado.

Sería bueno que tuvieras una botella de vinagre corriente a mano y si por casualidad te salpica en la piel sosa o jabón a medio hacer ,te echas un chorro corriendo y te frotas. Si te cae sosa o jabón en los ojos no se te ocurra echarte vinagre… lávate el ojo con agua del grifo abundante y llama al 112 para que te expliquen qué tienes que hacer. y además quiero decirte que es decepcionante que te haya explicado la importancia de la protección personal y que no llevaras unas gafas de seguridad puestas.

Lo primero que tienes que saber es la cantidad de sosa que necesitas para hacer jabón con ese aceite.

La reacción que se va a producir entre el aceite viejo y la sosa se llama de saponificación y en términos técnicos sería la hidrólisis de una grasa –éster- en un medio alcalino ja, ja, ja, ja!! ni te preocupes, pero que sepas que lo que dice el libro de química, aunque sea un rollete, es verdad :)

Pues hablando en plata lo que pasa es que cierta cantidad de sosa reacciona con cierta cantidad de grasa para producir una sal sódica dura que, mira tú por dónde, hace espuma cuando se la disuelve en agua y que a alguien hace tiempo se le ocurrió llamar ¿a ver si lo adivinas? síiiiiiiii! jabón… colega!!

Claro la tontería es saber qué cantidad de uno y otra se necesita porque, además, no todos los aceites necesitan la misma cantidad de sosa para convertirse en jabón, no, no!! Tus abuelos o mi madre lo hacían a ojo… sabían que a un bote de Nescafé lleno de la grasa que producían ellas en casa –que sería, pues tres cuartas partes de oliva y el resto grasa de freír chorizos y de cocido- le tenían que poner, por ejemplo, un vaso pequeño de sosa… barrilla le decían antes a la sosa.

Nosotros tenemos la ventaja de que conocemos, para cada tipo de grasa, la cantidad justa de sosa que se necesita para hacer jabón esa cantidad de sosa se llama índice se saponificación ole! Para el caso del aceite de oliva reciclado el índice de saponificación es 0,14 gramos de sosa por cada gramo de aceite. Tirao, como tenemos medio kilo de aceite, sería 500 x 0,14 = 70 gramos de sosa.

Pon el aceite en el cubo y prepara la sosa.

Pon unos 300 centímetros cúbicos o mililitros de agua del grifo en la jarra medidora. Ponte los guantes y las gafas y pesa los 70 gramos de sosa. Procura que todos los cacharros que entren en contacto con la sosa estén completamente secos.

Cuando tengas la sosa pesada, con una de las dos cucharas que estará siempre seca, la vas poniendo en la jarra de agua, muy poco a poco y con la otra, siempre mojada, le vas dando vueltas al agua para disolver la sosa. Nunca, nunca, eches agua sobre la sosa, siempre, siempre, al contrario y nunca, nunca, eches mucha sosa de una vez en el agua, siempre, siempre, poco a poco y removiendo. Una última precaución cuando la sosa se disuelve en el agua produce algunos gases, procura no respirarlos y además calienta mucho la disolución, ten cuidado no vayas a quemarte.

Bien pues ya casi estamos; poco a poco, para que no salpique, vas poniendo la sosa en el cacharro donde tengas el aceite y comienzas a remover con tu palito.

Esa era la tortura de los niños de antes. Toda la tarde dando vueltas al palito… planazo!!

Lo que tienes en el cubo es agua y aceite, acuérdate de que no se mezclan por eso necesitas darle vueltas y vueltas y vueltas… con el movimiento estás facilitando que la sosa se combine con el aceite y se vayan formando moléculas de jabón. Es un proceso largo pero siempre sale.

Verás que el líquido comienza volverse blanquecino y a espesarse poco a poco y tú: vueltas, vueltas, vueltas… y más espeso y tú: vueltas, vueltas, vueltas y al final verás que se queda como si fuera un puré de patatas espesito… ya casi lo tienes.

Antes de que se quede duro –que se queda- lo viertes en un molde, un tetrabrick vacío te servirá y lo guardas tapado y en un sitio templado un par de días.



Aunque yo, si fuera tú, me olvidaría del palito y usaría una batidora… chico, como la noche al día. Moviendo la mezcla como si estuvieras haciendo una mayonesa –y procurando no quemarle la minipimer a tu madre base de darle, darle- tendrás el jabón listo en menos de una hora… lo dicho olvídate del palito.

A los dos días abres el tetrabrick con unas tijeras y sacas el bloque de jabón. Tendrá una consistencia como de una barra de queso de sándwich. Con un cuchillo, lo cortas en pastillas del tamaño que te apetezca y las dejas al fresco hasta que se sequen completamente. Una vez secas las guardas un par de semanas antes de usarlas. Enhorabuena!!

De esta manera tan sencilla has realizado completo lo que se llama el proceso de saponificación. Te lo voy a explicar con un poco –no mucho- de detalle.

Las grasas son el producto de una reacción química simple entre un ácido orgánico graso y un alcohol, el propanotriol ¿o?... glicerina!!

La reacción básica es: ácido graso + glicerina = grasa + agua. Esas grasas, que también se llaman ésteres, son la combinación entre tres –tri- radicales ácidos y la glicerina… o sea: triglicéridos, mira tú por dónde te acabas de enterar de lo que no se puede tener en las arterias ;)

Los ésteres más corrientes son los que proceden de los ácidos grasos –que mi libro llamaba- superiores: oléico, palmítico y esteárico.

Esas grasas –el aceite viejo que le quitaste a tu madre- en un medio acuoso y con presencia de un hidróxido fuerte –tu disolución de sosa en agua- se hidrolizan y reaccionan produciendo una sal alcalina –sódica en este caso- que se llama jabón y glicerina. Por eso el jabón casero, en contra de lo que podrías pensar, es muy suave con la piel aunque venga de aceites viejos… tiene mucha glicerina que es buena para el cuidado exterior del cuerpo. A esta reacción es lo que se conoce como: saponificación.

El problema es que esos dos líquidos que estás usando son muy poco miscibles –se mezclan mal- y la reacción sólo se produce cuando las moléculas de una y otra cosa entran en contacto y es por eso por lo que tienes que remover con el palito o mejor con la minipimer porque cuanto más deprisa des vueltas más choques de moléculas produces y más deprisa se produce la reacción :))

La reacción básica es: grasa + sosa = jabón + glicerina. Por si quieres saber un poco más te diré que durante la hidrólisis se rompen las moléculas del éster y se liberan los radicales ácidos y la glicerina que tenía la grasa. Los radicales ácidos se combinan con los iones de sodio que se han liberado al disolver la sosa en agua y forman la sal sódica –ácido+base = sal+agua- dejando libre la glicerina. Mágico, pero cierto.

Yo creo que nada más… con lo que te he contado deberías poder sacar un cinco en un examen de química así que ya sabes.

Un abrazo fuerte y mucha suerte.

Texto y fotos de Audaciosus